domingo, 24 de septiembre de 2006

Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Brisa me trae, brisa me lleva


Brisa, el extremo opuesto del vendaval.
Brisa, airecillo navegante que cruza el desierto tempranero en viaje de ida y por la noche en viaje de vuelta.
Brisa, vientecillo suave que nos toca y se lleva la pesadumbre que el andar y el tropezar nos dejan.
Brisa del desierto discreta, brisa urbana serpenteante, ululante que se cuela entre viejas ventanas y zaguanes y envuelve a los árboles para besarlos en el oído.
Brisa, sopla y mece el desierto y a una plazoleta recoleta, escondida, umbría, en Buenos Aires donde mi buen Jorge Luis Borges escribió:

La brisa trae corazonadas de campo,
dulzura de las quintas,
memorias de los álamos…



-Inspirado en J.L.Borges. Fervor de Buenos Aires / Caminata
Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Manojito


Dice un cartel gigante de esos que están en lo alto de un edificio, en un edificio de esos que ocultan el andar del sol en la gran ciudad. Ud sin esta cámara Minolta no podrá vivir. Cosa bonita son las fotografías, no lo dude usted pero hay otras fotografías que son más lindas y preciosas que la tinta y el papel. Son las fotografías de la memoria agradecida, de la memoria amada y de la memoria amadora. Esas fotos no se vuelven amarillentas ni se hacen quebradizas, se vuelve parte del alma. Todos tenemos en un rincón del alma esas fotos. Mi buen Don Ata, dice en El Payador perseguido:


Mi tata era sabedor por lo mucho que ha rodao.

Y después que había cantao
destemplaba cuarta y prima,-cuerdas de su guitarra-
y le echaba un poncho encima
pa que no hable demasiado...

Volviendo y volviendo al desierto, después de un viajar y vagar por las llanuras argentinas, me queda un manojito de fotos en la memoria, de querencias que se quedarán junto a mi fogón y mi ventana.

-Inspirado por Atahualpa Yupanqui. El Payador perseguido.
Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Nada de eso sabemos

Tres muchachos pescadores tiburoneros se hicieron a la mar.En un abrir y cerrar de ojos estuvieron en una corriente marina.El combustible se agotó, se agotaron las probabilidades de dar media vuelta o salir de la corriente.Tuvieron de dos sopas o luchar contra la marea suicidamente o dejar que sus vidas fluyeran, confiando en ellos mismos, y en la sabiduría marina que los llevaría tarde,sí, un poco tarde, a buen puerto.Así pasaron 9 meses con sus noches.Vivieron de instante en instante. Fueron pacientes y sólo bebieron agua que el cielo les dio pese a estar en un mar de agua que no podían beber. Gaviotas y peces se acercaron y ofrecieron sus vidas para sostener las vidas de estos tres muchachos. No olvido que se llaman Luciano, Jesús y Salvador. Entrevistados, por los micrófonos anónimos, les preguntaron sobre su stress, su angustia existencial, su vivencia traumática. Estos muchachos se miraron unos a los otros hasta que uno de ellos, benévolamente, respondió ¿qué es todo esto que nos pregunta señorita? Nosotros nada de eso sabemos.Sólo pasábamos de momento en momento con la confianza de que a nuestro mar no se le teme pero se le respeta y, aunque tardara, su corriente nos llevaría a encontrarnos con alguien en el camino. Y así fue. Esas sesudas frases y conceptos se quedaron congelados en los micrófonos y en los gabinetes de los sesudos científicos.

martes, 19 de septiembre de 2006

Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

El almendro

He dejado el desierto por un rato.Los vientos me han traído pasando por encima de las cordilleras y me he posado en la tierra argentina de la infinita llanura, del infinito verdor. La gran ciudad me recibe, pero aquí es invierno. Un cuarto piso. Un cuarto de hotel. Entre los altos edificios se cuela la mortecina claridad invernal del medio día. Una alegría me visita, la rama desnuda de un gran almendro besa el cristal de mi ventana.Alcanzo a distinguir una tímida yema, un tímido botón que guarda la certeza de una próxima primavera. Una vez más, la dureza del invierno austral marchará en retirada.La nueva vida se acerca, paso a paso. Algo despierta en mí. Me uno a ese andar, a ese júbilo creciente e interior que sabe que, no hay invierno tan poderoso que detener a la frágil y decidida primavera.
Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Como el sapo

Los humanos nos congratulamos por descender del homo humanus erectus, un ser evolucionado que tuvo dos privilegios.Primero, andar erguido, con la mirada hacia el horizonte, con los pies en la tierra y la capacidad de mirar al cielo estrellado y asombrarse. Segundo. El homo humanus erectus, además, se convirtió en el ser que camina, que hace senderos de ida y vuelta. La contraparte de este ser humano está formada por los seres que navegan en los aires y los que navegan en las aguas, así como otros mamíferos no humanos que poblaron la tierra. Entre todos estos seres vivos está el sapo. Del sapo se ha escrito abundantemente. Se destacan sus virtudes para controlar a las plagas que azotan a las plantas. También se señala que es bocón, que habla mucho y fuerte, sin olvidar que cuando se pone romántico canta en la orilla de la laguna y toca su guitarra.Es el sapo cancionero. Pero en estos tiempos también se dice, cuando algo está entrampado, y no avanza: estamos como los sapos que brincan y brincan pero caen en donde mismo, es decir, en el mismo lugar. O en otros términos, moverle a todo, para que nada cambie. Esta simulación de movimiento y cambio es una de las características de la vida política, hablando planetariamente.Pueba de ellos son los juegos de palabras que dicen, desdicen y contradicen, para que la realidad siga intacta.
Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

El pesado silencio

En mi refugio del desierto no hay teléfono ni Internet, la modernidad no ha llegado pero intuyo que pronto llegará. A pesar de ello mi viejo radio de onda corta -¡sí, todavía existen!- me pone en contacto, todas las noches, con el palpitar de nuestra nave planetaria en el lechoso mar de la galaxia.Me llegan las voces caribeñas, norteafricanas, sudamericanas, europeas y en todas ellas siento el ritmo del palpitar del mundo, pocas veces calmado. La mayor parte de las veces escucho en las noticias la angustiosa taquicardia, la acongojada respiración de los humanos desde los 4 rincones del mundo. En medio de esas noticias percibo una buena dosis de conformismo y hasta justificación de la situación social de millones de seres humanos.Por eso no ha pasado de moda y está vigente el decir de ese hombre -que pagó con su vida su atrevimiento al luchar por la no discriminación de sus compatriotas afro americanos en un país de blancos: Tendremos que arrepentirnos en esta generación, no tanto de las malas acciones de la gente perversa, sino del pasmoso silencio de la gente buena.

- Martín Luther King (1929-1968) pastor bautista afroamericano, luchardor por la no discriminación, la libertad del voto.Terminó asesinado.Recibió el Premio Nóbel de la Paz

viernes, 8 de septiembre de 2006

Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Una puerta especial

Las obras humanas se conocen como obras de la cultura –cultivo- , es decir, fruto de las ciencias, técnicas y artes que aplicamos y cultivamos. Las demás obras son las de la Natura, las que se dan para nuestro asombro sin intervención nuestra como la lluvia los vientos, las mareas, el fuego, las migraciones de aves y ballenas, los ciclos estacionales y las sorpresas climáticas en los desiertos, cordilleras, selvas, bosques y lagos.
Las obras humanas están sujetas a la apreciación, valoración y juicio emitido por otros seres humanos. Sin embargo, las obras de la Natura son obras sin intencionalidad, son y nada más.Por eso las podemos apreciar con toda su frescura, belleza y transparencia. Un amanecer hoy es tan valioso como el primer amanecer del mundo.Un hombre sencillo que fue un gran botánico y especialista en árboles frutales, como el ciruelo y en tubérculos ,como la papa, dijo que

No hay otra puerta al conocimiento
Que la puerta que abre la naturaleza,
No hay otra verdad excepto
Las verdades que descubrimos
en la naturaleza.



- Inspirado en Luther Burbank (1849-1926) célebre botánico, de
Massachussets, por el ciruelo y la papa que que él desarrolló.
Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Una rama verde


La vida humana transcurre entre muchos afanes, deseos, anhelos, triunfos y derrotas.Cada cual sabe o, sabe a medias, cómo quiere vivir y para qué quiere vivir.En ese terreno no hay fórmulas ni matemáticas confiables.Lo que sí podemos ver en el talante de las personas es el aire que respiran en su interior y que de alguna manera se manifiesta en el exterior. Es hermoso ver a un anciano que no sólo conserva la lucidez de sus facultades sino también la chispa, el brillo en la mirada y el ánimo firme y generoso consigo y con los demás seres vivos.Este esbozo trazado con tantas palabras se resume, admirablemente, con un proverbio del budismo zen:

Si conservas verde una rama de tu corazón
un pájaro cantor llegará
y se posará en ella.
Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Frutos de la vida

En innumerables asuntos y problemas nos involucramos y complicamos la vida los humanos. Y así pasa el tiempo y nosotros a través de él. En medio de esos afanes se nos escapa algo importante, realmente y es descubrir que todos los animales, excepto el ser humano, saben que el principal negocio de la vida es disfrutarla. ¿O será que podemos aceptar que el principal negocio es venir a padecerla? Sin embargo no nos confundamos.No es sano buscar los sufrimientos por ellos mismos pero cuando representen nos fortalecerá el enfrentarlos directa y decididamente.



-Inspirado en Samuel Butler (1835-1902) Famoso escritor inglés, por su obra Erewhon, literatura de viaje y crítica a la sociedad victoriana neozelandesa.