domingo, 31 de marzo de 2013

El puente







Hay inventos que son tan elementales y maravillosos como la rueda que una vez imaginada y dada, se estableció el principio y toda su historia no ha sido  más que variaciones sobre el mismo tema –en cuanto a dimensiones,materiales,colores y apariencia y nada más. Igual suerte corre el formidable invento llamado  el puente. El puente que, en su origen, es unir el abismo entre dos orillas. Puente entre las aguas, en el vacío o entre las nubes pero al cabo es un puente. De la misma manera, la galería de los puentes en la historia humana es formidable por sus diseños, que cubren distancias y alturas mayores en una especie de competencia. Pero el principio siempre es y será el mismo: unir dos orillas ,salvar un abismo. En otro orden de realidades me he preguntado por el papel que juega nuestra mortalidad ,el hecho de tener que morir. Hoy he visto con no poca sorpresa y admiración cómo la tradición cristiana y budista ven a la muerte como el gran puente que hemos de transitar sin miedo,  pues no es un puente absurdo que quede trunco, no es un puente que se ha construido para dejarnos caer en el abismo  sino  para caminar con pie firme y confiado pues une a este mundo visible con el invisible. La peculiaridad del camino humano es que nuestro punto de partida se culmina con el puente necesario que nos permite llegar a todos  a nuestro destino final.



sábado, 30 de marzo de 2013

Leer, amar, soñar






Hace unas horas me llegó una invitación de un Club del Libro que cumplirá 20 años de reunirse por el placer de la lectura y de la amistad. Me he preguntado ¿cómo se hace  un lector?. En la tarea, además de una mínima inclinación o predilección, esta la presencia familiar, escolar y otras circunstancias venturosas de la vida como lo que le sucedió aun buen amigo que se encontró un  libro sin tapa en un parque que le cambió la vida y lo introdujo en el reino de la lectura: Las meditaciones de Marco Aurelio. Cada cual de nosotros tiene su propia historia de cómo se hizo lector. En mi caso particular, cuenta sin duda la presencia de mi padre quien me acercó con cariño los libros para que los probara, como se echan unos granitos  de maíz a los gorriones por la mañana. A esta invitación se sumaron mis queridos profesores que circularon a lo largo de mi escuela hasta la universidad. Hoy resumo esta mínima historia con una de los comentarios de mi buen Jorge Luis Borges que más me llegan al respecto: El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el imperativo. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz. Magnífica trilogía –leer, amar, soñar-  para ser cultivada cotidianamente, como se cultiva el propio cuerpo con ejercicio, la imaginación con historias y cuentos, y la amistad con acciones generosas y desinteresadas al compartir nuestras lecturas y libros.


viernes, 29 de marzo de 2013

Santo






Los humanos nos debemos unos a otros para aprender qué es bueno para comer y beber, nos debemos unos a otro, pues unos cultivan y otros producen  y los últimos, comemos de su trabajo y les retribuimos monetariamente. Es clara pues la interdependencia. Por esta razón desde los tiempos más remotos se le atribuye  su dimensión sagrada  -no sólo al trabajo  sino a los frutos de la tierra-  pues todo el conjunto contribuye a mantenernos en la vida y cumplir todos juntos nuestras tareas y misión en el mundo. Andando en una feria artesanal popular fui encontrado por un puesto de chocolate  -hecho a mano, proveniente del estado de Oaxaca. El chocolate en bolita, pulcramente presentado, en un chiquigüite tejido a mano  -cestito de paja tejida-  decía lo siguiente que es un verdadero regalo: El chocolate es tan santo que de rodillas se muele,  juntas las manos se bate y viendo al cielo se bebe.



jueves, 28 de marzo de 2013

Elogio






Las librerías me sorprenden, de tarde en tarde, con algunos libros cuyo título comienza con la palabra Elogio. ¿Qué es un elogio y qué es elogiar? Del latín elogian, un elogio es la alabanza de los méritos y cualidades positivas de una persona, un objeto o un concepto. Tenemos así, un elogio de la lentitud frente al vértigo de la vida rápida. Un elogio del silencio frente a la verborrea que habla sin decir y dice sin escuchar.  La ultima vez que fui a la peluquería, El Chino, puso a Los Panchos con sus boleros inmortales y dando un suspiro me dijo: llevo casi cincuenta años trabajando y no hay día que no los escucho. Me vino al alma preguntarle. ¿Que es un bolero interpretado  por Los Panchos para usted? Un bolero es una historia, un poema, una novela amorosa que dura tres minutos –¡Caramba!, historia, poema y novela-   Esa tarde escuché de mi amigo, El Chino, un lindo Elogio del Bolero…digno de un escritor, de un poeta, novelista e historiador. Me quedé con un deseo para el futuro: haré una lista de mis más amados elogios –no escritos-  pues en este mundo son más las personas y las cosas que merecen un elogio, mi admiración, respeto y gratitud  y eso lo he descubierto al anochecer cuando contemplo, en el silencio, las arenas infinitas de estrellas…grandes, medianas y pequeñitas pero todas refulgentes.




miércoles, 27 de marzo de 2013

La olvidada alegría





Freude, schöner Götterfunken.¡Alegría, bella chispa divina!
Escucho en los programas de radio  y leo en la prensa escrita  que se cita  un lugar común: hablar de la felicidad y de la búsqueda de la felicidad. Pero de tanto nombrarla y de tanto desearla se convierte en un tema serio. Me gusta imaginar  a la felicidad como un gran plato fuerte al que le falta algún aderezo, algún condimento que  -por pequeño que parezca-  hace la gran diferencia. Ese gran condimento, esa condición para ser feliz es la alegría. Me es difícil imaginar a un ser humano feliz que no sea alegre. La alegría, en su origen, es una semillita  -como muchas que llevamos en nosotros- que elegimos cuidar,alimentar,para que crezca vigorosa. La alegría humana no tiene que ver nada con la sociedad de consumo y consumo  -que es el rasgo de los últimos setenta  años. La alegría nace no de tener cosas y muchas cosas sino de haber encontrado una tarea a la cual dedicar lo mejor de nuestra vida y seres humanos  a los  cuales entregamos  lo mejor de nuestros sentimientos de amor y solidaridad. Las filosofías, las iglesias, la poesía, siempre han asociado a la verdadera alegría con  nuestro destino trascendente. Nuestro amado Beethoven tomó los versos de Schiller conocidos como Oda a la Alegría para coronar  su propia vida y su más grande y sublime sinfonía -que escribió cuando su sordera fue total y definitiva. Esa Oda comienza precisamente  con el inolvidable canto: ¡Alegría, bella chispa divina!(1) La alegría va más allá del simple buen humor y se relaciona con nuestro ser y nuestro quehacer en el mundo y es un rasgo típico y exclusivamente humano.

(1) Freude, schöner Götterfunken,