jueves, 20 de noviembre de 2014

Navegando y galopando

En la Carta XXXVI de Séneca a Lucilio leemos: Ningún viento será bueno para quien no sabe a qué puerto se encamina. El filósofo de la Hispania romana tiene una sabiduría sin fecha de caducidad. En este ensombrecido México que vivimos  -que es parte del ensombrecido mundo unipolar , globalizado, ultracapitalista- padecemos de una desorientación personal,y global. Preguntémosle a las personas y a los gobernantes si saben exactamente a dónde se dirigen y pareciera que la humanidad tiene imantada la brújula -en parálisis- o con lenguaje cibernético tenemos el GPS desorientado. La respuesta  es una suerte de vaguedades, de inspiraciones sin expiraciones, de anhelos y deseos pero sin concreción. Un experto capitán de barco  -y cada uno está llamado a ser capitán de su propia vida-  sabe bien cuál es su puerto de partida y su puerto de llegada.Por desventura esto no sucede con las naciones y los individuos de hoy: no se sabe cual es el puerto de la patria ,ni se conoce  el camino ni se tienen las previsiones para recorrerlo. Unos le llaman mapa,carta de viaje, estar orientado,tener un para qué,un sentido, una dirección.Si así fuera hay que ponerse en camino.La realidad es que la vida para no pocos de nosotros es como aquel amigo que subido a un caballo le preguntaron que a dónde se dirigía y él respondió: No se, el caballo me lleva. ¿Quién es  y cómo es el caballo galopante de hoy?

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