jueves, 7 de julio de 2016

Ventana de la Paz

En la pequeña población de Vitebsk en la lejana Bielorrusia nació  un niño judío que se convirtió en apasionado pintor y vivió las convulsiones y dolores de parto de todo el siglo XX pasando por la revolución rusa, la segunda guerra mundial y se instaló en Estados Unidos finalmente. Un hombre universal, creyente  y ecuménico pues captó los símbolos no sólo de sus raíces sino de todas las creencias y las plasmó como parte de un gran árbol de la vida. Con motivo del fallecimiento del gran y buen Dag Hammarsjkhold segundo
secretario general de la Naciones Unidas  -en un atentado en Congo  donde pereció junto con 15 ayudante  las Naciones Unidas en pleno encargaron a Chagall que elaborara un homenaje a esa misión de paz. Chagall tomó el encargo como un homenaje personal y se apasionó en el conmovedor vitral que nos lleva de la mano por los estados de la vida en amor y odio, vida, sacrificio, muerte y nobleza teniendo en el centro el árbol de la vida y los símbolos universales que representan a los grupos humanos religiosos y humanistas en su construcción de la paz en el mundo. Desde hace 50 años esa vitral ventana preside con sus azules infinitos el ala derecha del ingreso principal a la sede las Naciones Unidas en el East River de Manhattan, Nueva York. Hay una frase que resume en labios de Chagal el sentido del arte y de toda obra que salga de nuestras manos, de nuestra mente:
'El arte debe ser una expresión de amor o no es nada'

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