lunes, 20 de febrero de 2017

Para el antojo

Una de las frases de mi niñez fue: "... si no hay para cesina ,menos para golosina". Palabra mágica,juguetona,dulzona,la golosina. Viene del viejo latín "golosus" y es  todo lo dulce de este mundo en pequeña presentación. Lista interminable de fantasías y deseos por el puro gusto,que nada tiene que ver con la alimentación sana y ortodoxa sino con el antojo, el deseo, el placer, el premio y el gusto. Galletitas, pastelitos,: caramelos, chocolates, paletas, pirulines, chicles de sabores, malvaviscos, muffincitos, donas, hot cakes, waffles, gelatinas son los habitantes del reino de las golosinas. Calman el antojo, secan la lágrima,distraen,entretienen,alegran,festejan,nos hacen un guiño de ojo,son un pellizquito del cielo,son un secretito guardado en un cajón, en un ropero para las tardes de frío y de lluvia.No hay cine sin golosina ni paseo sin golosina,menos un viaje sin golosina y después de haber almorzado o cenado se impone calladita la pregunta ¿no tienes algo de dulce?  Suena a música celestial que la madre, la tia, la abuela, y el abuelo también...digan: " ... déjame ver" y por arte de magia nos deslizan una barrita de chocolate que se disuelve suave como ola cansada en la playa. Campamento,picnic,día de campo sin golosina...no es día,decíamos de niños...y seguimos diciendo los viejos niños.

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