martes, 4 de septiembre de 2012

Entusiasmo







La misma mirada
La palabra entusiasmo siempre ha resonado en mis oídos como música celestial. Al asomarme, guiado por la mano de la curiosidad, me sentí hermanado con el entusiasmo. Según dicen los que saben  en esta palabra maravillosa ,como en los buenos vinos, está la presencia de diversos aromas y sabores de maderas, especias, frutos, etc. El entusiasmo es un estado de nuestra alma parecido al secuestro y a ser poseído por los mismísimos dioses. El entusiasmo es una suerte de dios que habita en nosotros y nosotros nos convertimos en instrumento dócil en sus manos para que él se manifieste en el mundo.  Son los poetas ,profetas y enamorados quienes manifiestan la presencia de los dioses en este mundo. Los poetas, profetas y genuinos enamorados despiertan en nosotros un sentimiento de respeto, de callada admiración pues bajo esa posesión de los dioses ascienden a unas alturas  que los seres de-a-pie no podemos barruntar. Alguien habló de lo que fue su vida incendiada por los dioses y dijo maravillosamente: La edad arruga la piel pero renunciar al entusiasmo arruga el alma.[1]

















[1] Albert Schweitzer
La mirada de la  Mona Lisa y el auto retrato de Leonardo da Vinci...es la misma.


lunes, 3 de septiembre de 2012

Destino








De paso por la querida  Cd de México. Volver sobre los viejos pasos andados. Volver a mi café favorito. El mismo ventanal, la misma arboleda más añosa, las mismas sillas  y mesitas con cubierta de mármol y un nuevo guiño de nuevas aves en las copas. Suelto el cuerpo y en el centro de la mesa está un letrerito que me da la bienvenida. En este café suceden cosas maravillosas, no lo olvides, como: Un buen destino es aquel a donde se encuentran dos personas, cuando ni siquiera se estaban buscando... ¡Si lo supo hace muchos años el buen Julio en otra parte del mundo! ¡Si lo saben los cafés de Buenos Aires, Lima y en mi desierto! No lo dudo, el café es un lugar mágico de magia mayor –entendiendo por magia a las transformaciones súbitas que experimenta nuestra vida en un abrir y cerrar de ojos.


domingo, 2 de septiembre de 2012

Segundos







El día de 24 horas tiene 86400 segundos. En mi experiencia paso muchísimos segundos en la inconsciencia de que los estoy viviendo o contando. Un segundo, un minuto, una hora y un día son vividos , las más de las veces, como una fracción del gran fluido del río llamado vida, llamado vivir. Pese a ello hay instantes tan particularmente sensibles, luminosos, reveladores, excepcionales que nos llevan a decir: Hay segundos en la vida, que valen años... ¿Cuáles son esos segundos? La respuesta siempre quedará corta para la infinitud de posibilidades pero suele ser en el mundo del amor, del dolor, de los encuentros inesperados y las súbitas sorpresas, cuando cobramos consciencia de que un solo segundo vale lo que podemos haber desgranado a lo largo de años. Es una dicha poder experimentar siquiera una vez en la vida un solo segundo pleno.


sábado, 1 de septiembre de 2012

Levantarse






Ese ciclo o biciclo de dormir y levantarse y estar despierto  nos lleva la vida. Nos vamos por tercios y el Primero  de ellos   a lo largo de toda la vida  es para dormir  -acto biológico que no es equivalente a soñar y a tener sueños aspiraciones en la vida.  Segundo tercio, dedicarse a los quehaceres de la vida. Tercer tercio, pasar el tiempo, entretenimiento, vagancia, vacación, recreo y formas de amor o crear o hacer nada. Vuelvo a la relación nuestra de cada día con esa superficie  donde anhelo depositarme después de la andanzas de cada día llamada cama. Hoy, precisamente, hoy he sonreído al poner mis pies una vez más junto a la cama y respirar pues me ha visitado la expresión de un buen amigo: Más que levantarse de la cama, hay que levantarse del ayer...Que en la cama se quede no sólo nuestro cansancio transfigurado en entusiasmos, sino los ayeres con su polvareda y su hojarasca. El sol ha tocado despacito a mi ventana.