martes, 4 de mayo de 2010

Pausa en el camino...

Los vientos me llevan de viaje por un tiempo y
si me son propicios
 me traerán en su alas allá ...
termiando el mes de Mayo.

Mientras tanto reciban un cordial recuerdo
desde este desierto, donde se cocina Tintailetras
a fuego lento...

Primer verdor

Una nueva vuelta. El mundo gira. Gira la galaxia. El cosmos gira. El largo invierno no fue para siempre .El desierto en primavera. ¿Qué es primavera? Prima, es lo primero, y Vera deviene de verde, de verdor. Primavera o el primer verdor sobre el mundo. Algo reverdece en mí y extiendo mi anhelo, como alas que despiertan, para todo el mundo. Despertar. Shiki, dijo hace mucho tiempo:

La hierba reverdece
Sin ayuda de nadie
La flor florece

Todo lo que reverdece lleva el verde en las entrañas como las aves llevan el volar en su interior y las flores su aroma. Los humanos llevamos el despertar, llevamos, el renacer, cada año, mientras nos sea concedido…esa es nuestra naturaleza.

lunes, 3 de mayo de 2010

¿De qué se alimenta el amor?

Los humanos nos alimentamos con carnes, frutas, verduras, cereales, lácteos, menestras y gracias a ello estamos en la vida. ¿De qué se alimenta el amor humano? Para unos y para otros la lista de los nutrientes del amor varía mucho y no es tan clara y precisa como los alimentos para el cuerpo. Sucede que entre los nutrientes del amor están los regalos. Si se trata de los regalos hay dos tipos. El primero es lo que nos ofrece la naturaleza a manos llenas: el sol y la luna, el amanecer y el atardecer. El segundo, trata de objetos hechos por los seres humanos. Para algunas personas hay formas clásicas de expresar el amor como son los clásicos chocolates, las flores, las canciones y sobre todo, las joyas. Llegado a este punto fui encontrado por un viejo libro de proverbios ingleses y el primero de la lista fue éste: El amor que se alimenta sólo de regalos siempre tiene hambre. Este viejo proverbio se adelantó a lo que es el corazón de nuestro tiempo: el consumo, insaciable, de bienes.





sábado, 1 de mayo de 2010

Ciruelo, el hogar de los ruiseñores/Oshukubai

Hacia mediados del siglo X, tiempo del Emperador Murakami (946-967), se secó el criuelo del jardín del palacio que deleitaba al Emperador con sus flores de primavera. Murakami, dolido por la mala suerte del árbol, mandó buscar otro que pudiese sustituirlo en su jardín. Los súbditos, después de mucho buscar encontraron un ciruelo en el jardín de la casa de un noble de alto rango. Presionaron al dueño de la mansión para que les ofreciera el árbol y que mostrara de esa forma su espíritu de acatamiento a la voluntad imperial. Los trasplantaron al jardín, finalmente.
El Emperador fue a contemplar el nuevo ciruelo- Encontró una hojita de papel atada en una rama del ciruelo. Al quitarla de la rama vio que en ella estaba escrito un poema con la firma de la esposa del dueño original del ciruelo.

Cuando de una regia disposición se trata,
como fiel súbdita suya que soy, sé acatarla.
Pero ¿qué les respondo yo a los ’ugüisu’ de mi jardín
cuando me pregunten
qué ha sido de su hogar amado?

Murakami, sensible conocedor del arte de la poesía, ordenó devolver el árbol a los pajarillos del jardín de la casa original, avergonzado de su atrevimiento y de su falta de delicadeza hacia una dama fina y sensible y sobre todo por haber atentado contra los ugüisu –ruiseñores del ciruelo- . Esta leyenda pasa de boca en boca desde hace más de mil años.