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jueves, 17 de marzo de 2011

Los regalos

El regalo, los regalos y el regalar están presentes en la vida humana desde la antigüedad remota. Los regalos conllevan variados mensajes que necesitan ser descifrados por quien los recibe, principalmente, porque ignora la intención con la que le son dados. Para quien recibe el regalo queda una tarea y según la lleve a cabo se podrá decir de él si es tonto o no. El tonto juzga a la gente por el tipo de regalos que le dan, decía mi abuelo y mucha razón tuvo. El regalo y el regalar constituyen un lenguaje cuya función primordial el vincular a los humanos afectivamente, tender puentes para el encuentro, hacer alianzas o atar de pies y manos según el caso.


domingo, 6 de marzo de 2011

Un jardín para la vida


Me tocó en suerte y en privilegio acompañar a un amigo el cual donó a una escuela rural aquí en nuestro desierto una nutrida colección de libros para niños y adolescentes. La profesora encargada del grupo que recibió este regalo les pidió a los niños que escribieran una o dos líneas resumiendo lo que para ellos significaba ir a su casa con un libro entre las manos y comenzar así su pequeña biblioteca personal y familiar. Entre las respuestas que escuche consigno una que me emocionó hondamente: Me llevo este libro que ya es para mí un jardín en que  podré pasear toda mi vida. Esta frase salió de los labios de un niño de escasos 8 años.

jueves, 3 de marzo de 2011

Un buen libro


El libro, como lo conocemos, ha experimentado en sus quinientos años de vida desde el invento de Gutenberg una incesante cadena de transformaciones entre las que destaca su democratización, es decir, que los incontables lectores pueden acceder a ellos desde ediciones costosísimas hasta sencillas presentaciones rústicas. Lo que en un inicio fue el privilegio exclusivo de pocos ahora es alimento de millones. Si un día se habló de la multiplicación de los panes y de los peces se puede hablar de la multiplicación de los libros con sus millones de páginas y sus playas galácticas de letras. Desde los tiempos de Gutenberg, los embajadores presentaban a los gobernantes hermosos libros como regalos del país de origen. En tiempos recientes esos regalos tienen mensajes claros o subyacentes como cuando el Presidente de Venezuela regaló a su par de Estados Unidos el libro de Eduardo Galeano: Las venas abiertas de América Latina. Hoy, sin duda, sigue siendo un hermoso regalo el compartir libros. Para la milenaria China, el libro ha sido un objeto de alta estima y se ha inmortalizado su valor acuñando esta expresión: Un buen libro es una casa de oro.


martes, 15 de febrero de 2011

Hemos viajado mucho

Dicen que el dinero bien habido o mal habido no se puede ocultar así como el amor. En el tema del amor, hay amor a los libros y eso no lo oculto. Les comparto una historia verdadera. Conocí a una profesora de secundaria jubilada, apasionada y enamorada lectora. Un día conversamos y fruto de esa conversación fue la siguiente escena. Llegué a un parque público un domingo por la tarde. El parque estaba visitado, entusiastamente, por familias y muchachitos y muchachitas en bicicletas. Vi a un carrito que vendía manzanas acarameladas y algodones de azúcar, otro con frutas rociadas de chile en polvo y así transcurrió la tarde .De pronto apareció un carrito similar a los anteriores guiado por mi amiga quien lo llevó lleno de diversos libros grandes, medianos y pequeños, viejitos y nuevos y con una temática variada. En su carrito estaba un pequeño cartel que decía: Hemos viajado mucho, queremos ser adoptados. Además mi amiga amarró tres globos a su carrito que le daban un aspecto festivo. Sólo quiero mencionar que así como cuando unos echan unos granitos a las palomas así poco a poco se arremolinó la gente junto a su carrito. Unos libros se fueron para no volver como regalo, otros se fueron como préstamo para volver al siguiente domingo. Esta escena la guardo y me llena de profunda felicidad. Así se hace patria y así se despierta el amor latente a la lectura, a los libros, al hábito hermoso de pensar, meditar y actuar con bien. Termino añadiendo que de esta escena fructífera nació mi participación en crear pequeños clubes de lectura.



lunes, 3 de mayo de 2010

¿De qué se alimenta el amor?

Los humanos nos alimentamos con carnes, frutas, verduras, cereales, lácteos, menestras y gracias a ello estamos en la vida. ¿De qué se alimenta el amor humano? Para unos y para otros la lista de los nutrientes del amor varía mucho y no es tan clara y precisa como los alimentos para el cuerpo. Sucede que entre los nutrientes del amor están los regalos. Si se trata de los regalos hay dos tipos. El primero es lo que nos ofrece la naturaleza a manos llenas: el sol y la luna, el amanecer y el atardecer. El segundo, trata de objetos hechos por los seres humanos. Para algunas personas hay formas clásicas de expresar el amor como son los clásicos chocolates, las flores, las canciones y sobre todo, las joyas. Llegado a este punto fui encontrado por un viejo libro de proverbios ingleses y el primero de la lista fue éste: El amor que se alimenta sólo de regalos siempre tiene hambre. Este viejo proverbio se adelantó a lo que es el corazón de nuestro tiempo: el consumo, insaciable, de bienes.