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domingo, 25 de octubre de 2015

Yo soy vida… en el desierto




Ante las llamadas calamidades materiales y naturales como las tormentas, terremotos, huracanes, heladas y aludes los seres humanos nos levantamos de entre  las ruinas y ante la natura sentimos una genuina aceptación pues ella no es nuestra enemiga. Así es. En el llamado ‘día siguiente’ renace en nosotros lo que nuestro querido Albert Schweitzer anotó con toda el alma:  “Yo soy vida que quiere vivir en medio de vidas que quieren vivir ”  Esas vidas son ‘todas’ las vidas y están incluidas hasta los más pequeños seres como  la hormiguita, la hierba silvestre de los campos. Nuestra intencionalidad más íntima apunta a conservar la vida, a desarrollar la vida , a permitir que la vida florezca y de frutos de bondad, de convivencia pacífica, frutos de libertad y responsabilidad. Decir `Yo soy vida` es el otro extremo del continuo que busca destruir la vida, dañar la vida e impedir que la vida se desenvuelva y que no ve nunca un fruto.




viernes, 22 de noviembre de 2013

Natura y Cultura




Hoy es un día común y corriente de un mes otoñal común y corriente y las noticias tanto las de 8 columnas como las de las páginas interiores si se trata de la palabra escrita o en el ultimo lugar si se trata de las noticias por radio o televisión, nos dan cuenta de dos tipos de sufrimiento: el  causado por las fuerzas de la naturaleza y el causado por la mano, la intención y el pensamiento de los humanos o inhumanos.  Tifones, terremotos, erupciones volcánicas y tornados arremeten sobre tierras, animales, plantas, árboles y humanos y dejan devastación. La guerra y las guerras, el narcotráfico, la guerrilla, la violencia urbana ,callejera, la traición, el robo y el engaño de los políticos y las transnacionales corruptas dejan una estela de sufrimiento a cientos de miles de seres humanos cada minuto. Sin embargo hay una diferencia enorme entre las fuerzas de la  natura y las fuerzas deshumanizadas de la cultura. Veo y escucho las expresiones de dolor de los sobrevivientes de las tragedias naturales y no hay en sus rostros y palabras amargura, odio, venganza pues las fuerzas naturales son así, no tienen una intencionalidad para causar el daño y hacer sufrir. En cambio todos los sufrimientos causados por y entre humanos dejan heridas que se trasmiten de generación en generación, se acumulan  y multiplican pues esa es la semilla dolorosa de la injusticia y la barbarie. Pensemos en las huellas del colonialismo, las guerras de invasión y saqueo, el racismo sistemático, la explotación de la mano de obra de mujeres, niños y ancianos.




jueves, 19 de septiembre de 2013

Subasta

He leido con no poco desconcierto y desasosiego una noticia que daba cuenta del pago de una suma millonaria de dolares por un violín Stradivarius durante una sesión de remate  en una conocida casa.No niego el valor de la mano creadora,del artesano,los materiales y la técnica para crear ese y otros muchos instrumentos pero me asalta una pregunta y duda. ¿Será tan digna la mano que lo toque?  ¿Será una compra de capricho,moda,presunción? La intencionalidad del prójimo es lo último que se puede conocer.Queda claro que instrumento sin mano humana que lo pulse es nada y mano humana sin instrumento no va lejos en su deseo de expresar sonoramente algo hermoso que se lleva en el alma.Se necesitan los dos.Me he regalado, releyendo a Don Ata (1) y viene como anillo al dedo una de sus sabias meditaciones:   "La guitarra es palo hueco / y pa` tocar algo bueno /  el hombre debe estar lleno / de claridades internas..." No importa si tenemos enfrente a un Stradivarius o a una humilde guitarra de Paracho,Michoacan, lo importante es quién, cómo y para qué la toca...

(1) Don Atahualpa Yupanqui

domingo, 8 de mayo de 2011

De luz, letras y libros

Tiempos sorprendentes de fin de siglo e inicio del nuevo milenio. Pasamos del papel y el lápiz  a la máquina de escribir. Gracias a la electricidad llegaron las máquinas eléctricas de escribir y luego en un pestañeo estoy ante una pantalla iluminada escribiendo impulsos eléctricos que instantáneamente se convierten en letras y palabras traductoras de  mi pensar y sentir. El conjunto le llamo una Carta, una Carta que alberga un universo. Vuelvo la mirada a mi mesa de trabajo, tomo un amado libro viejo, siento sus hojas, el aroma del papel y la tinta que me recuerda a los lejanos bosques llenos de sol agua y viento donde crecieron los árboles convertidos en estas hojas que puedo leer desde la mañana hasta el anochecer, sin recurrir a la electricidad. Pese a ello, aunque el libro lleva ventaja a la electrónica, no se puede leer ni el más humilde de los libros a menos que se tenga una fuente de luz  -sea la primera claridad de la mañana o una pequeña vela que se consume-  La luz. Los libros sin embargo, llevan luz en medio de la oscuridad cuando en sus hojas están impresas profundidades y relieves que los ciegos pueden leer con las yemas de sus dedos gracias a Braille. Sea como fuere este pensar y recorrer el mundo de las letras y de las cartas es gracias a la luz, a esa pura energía que se plasma en pulsaciones eléctricas o se concentra en microscópicos puntos de tinta. A eso, le llamamos libro. El libro seguirá mientras el mundo exista y los humanos deseen expresar algo de su corazón. El medio evoluciona maravillosamente y el timón que guía a la nave es la recta intención de vincular a los seres humanos para lo que nos beneficie y nos haga mejores  y permita que este mundo siga siendo la casa de todos.

domingo, 20 de marzo de 2011

Siembra y cosecha

La variedad de actividades y oficios humanos es casi infinita sin embargo todas ellas tienen un pequeño gran denominador y es la intención con la que hacemos algo. La intención es el recóndito lugar donde sólo nosotros sabemos para qué hacemos las cosas o para qué somos lo que somos. Las más antiguas sabidurías humanas son confluentes en un punto sorprendente que se puede resumir así: Haz lo bueno, cosecharás lo bueno. Haz lo dañino, cosecharas lo perverso.  


jueves, 17 de marzo de 2011

Los regalos

El regalo, los regalos y el regalar están presentes en la vida humana desde la antigüedad remota. Los regalos conllevan variados mensajes que necesitan ser descifrados por quien los recibe, principalmente, porque ignora la intención con la que le son dados. Para quien recibe el regalo queda una tarea y según la lleve a cabo se podrá decir de él si es tonto o no. El tonto juzga a la gente por el tipo de regalos que le dan, decía mi abuelo y mucha razón tuvo. El regalo y el regalar constituyen un lenguaje cuya función primordial el vincular a los humanos afectivamente, tender puentes para el encuentro, hacer alianzas o atar de pies y manos según el caso.