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jueves, 19 de septiembre de 2013

Subasta

He leido con no poco desconcierto y desasosiego una noticia que daba cuenta del pago de una suma millonaria de dolares por un violín Stradivarius durante una sesión de remate  en una conocida casa.No niego el valor de la mano creadora,del artesano,los materiales y la técnica para crear ese y otros muchos instrumentos pero me asalta una pregunta y duda. ¿Será tan digna la mano que lo toque?  ¿Será una compra de capricho,moda,presunción? La intencionalidad del prójimo es lo último que se puede conocer.Queda claro que instrumento sin mano humana que lo pulse es nada y mano humana sin instrumento no va lejos en su deseo de expresar sonoramente algo hermoso que se lleva en el alma.Se necesitan los dos.Me he regalado, releyendo a Don Ata (1) y viene como anillo al dedo una de sus sabias meditaciones:   "La guitarra es palo hueco / y pa` tocar algo bueno /  el hombre debe estar lleno / de claridades internas..." No importa si tenemos enfrente a un Stradivarius o a una humilde guitarra de Paracho,Michoacan, lo importante es quién, cómo y para qué la toca...

(1) Don Atahualpa Yupanqui

miércoles, 31 de julio de 2013

La breve lista








Al final del curso escolar la profesora le preguntó al grupo de adolescente de 12 años ¿pueden hacer una breve lista de lo que necesitan para ser felices antes de salir de vacaciones?  Nueve de cada diez estudiantes  mencionó objetos para ser feliz: aparatos electrónicos como teléfonos celulares, tabletas, juegos digitales y para moverse señalaban desde bicicletas de montaña hasta cuatrimotos. Sólo uno de cada diez estudiantes mencionó ir al rancho a estar con sus abuelos, familiares, conocer algo nuevo de México, viajar con su familia, hacer excursiones, ir de campo. Al enterarme recordé dos lineas del siempre lúcido Z Bauman: Aproximadamente la mitad de los bienes necesarios para la felicidad humana no se venden en el mercado ni tienen precio. Esos bienes para niños y adultos  son las experiencias gratuitas como, andar bajo la lluvia, brincar en los charcos, contemplar  los copos de nieve, subir al cerro, jugar a la rayuela, caminar por un sendero, escribir una nota, hacer una llamada a tantos llamados seres queridos que tenemos en el olvido, abrir los brazos y fundirnos en un largo abrazo. Estas experiencias ni se venden ni tienen precio…




lunes, 15 de julio de 2013

Para qué trabajar







Un director de cine muy viejo acepta dirigir una película con argumento malísimo. ¿No viste que la película no valía la pena? –le pregunta un amigo. Sí, pero extrañaba mucho el trabajo del cine, la familia del cine, y por eso la acepté. Un entrenador de futbol que probó las mieles del triunfo en las grandes ligas acepta ir a entrenar a unos equipos de segundas y terceras divisiones en el medio oriente ¿No viste que esos equipos no valían la pena? –le pregunta un amigo. Sí, pero extrañaba mucho el planear un partido, el estar con los muchachos, que encuentre cada uno su lugar y juntos llegar a lo que queremos: jugar, emocionarnos. Una anciana vendía aguacates (paltas) en los escalones de acceso al mercado de un pueblito mexicano. Tenía cosa de 8 aguacates en su canasta. Le compré dos de ellos y en el momento de pagar le dije: Véndame todos los aguacates por favor. Ella me dijo: No señor. ¿Por qué? Si le vendo todos ¿qué hare el resto del día,con quién platicaré, a quién veré pasar?. El sentido de los que somos, de lo hacemos y de lo que tenemos brota de nuestro interior, de un anhelo de estar con los demás, de ser parte de sus vidas y que ellos de alguna manera tejan los hilos de sus vidas con nosotros. Esa es la trama humana, la red que nos vincula y por la que somos humanos.