lunes, 15 de julio de 2013

Para qué trabajar







Un director de cine muy viejo acepta dirigir una película con argumento malísimo. ¿No viste que la película no valía la pena? –le pregunta un amigo. Sí, pero extrañaba mucho el trabajo del cine, la familia del cine, y por eso la acepté. Un entrenador de futbol que probó las mieles del triunfo en las grandes ligas acepta ir a entrenar a unos equipos de segundas y terceras divisiones en el medio oriente ¿No viste que esos equipos no valían la pena? –le pregunta un amigo. Sí, pero extrañaba mucho el planear un partido, el estar con los muchachos, que encuentre cada uno su lugar y juntos llegar a lo que queremos: jugar, emocionarnos. Una anciana vendía aguacates (paltas) en los escalones de acceso al mercado de un pueblito mexicano. Tenía cosa de 8 aguacates en su canasta. Le compré dos de ellos y en el momento de pagar le dije: Véndame todos los aguacates por favor. Ella me dijo: No señor. ¿Por qué? Si le vendo todos ¿qué hare el resto del día,con quién platicaré, a quién veré pasar?. El sentido de los que somos, de lo hacemos y de lo que tenemos brota de nuestro interior, de un anhelo de estar con los demás, de ser parte de sus vidas y que ellos de alguna manera tejan los hilos de sus vidas con nosotros. Esa es la trama humana, la red que nos vincula y por la que somos humanos.



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