Desierto es decir dunas, caballos, arena infinita y palmeras. Las palmeras derivan de la palma de la mano .Follaje o
mano que se agita, que ondula un adiós en el silencio de nuestro desierto.
Columna al cielo, pobre y austera de sombra. Humilde se dobla ante el señor
viento, besa a la arena pero no se quiebra. Maravilla de flexibilidad y dulzura
escondida en sus dátiles. Palmeras abiertas como la palma de una mano sin nada
que esconder y mucho que ofrecer. Su cabellera al viento se divisa en la fina
línea del horizonte y al trashumante le da la bienvenida, le anuncia reposo,
agua, sombra escasa, dulzura.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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miércoles, 5 de marzo de 2014
jueves, 3 de marzo de 2011
Un buen libro
El libro, como lo conocemos, ha experimentado en sus quinientos años de vida desde el invento de Gutenberg una incesante cadena de transformaciones entre las que destaca su democratización, es decir, que los incontables lectores pueden acceder a ellos desde ediciones costosísimas hasta sencillas presentaciones rústicas. Lo que en un inicio fue el privilegio exclusivo de pocos ahora es alimento de millones. Si un día se habló de la multiplicación de los panes y de los peces se puede hablar de la multiplicación de los libros con sus millones de páginas y sus playas galácticas de letras. Desde los tiempos de Gutenberg, los embajadores presentaban a los gobernantes hermosos libros como regalos del país de origen. En tiempos recientes esos regalos tienen mensajes claros o subyacentes como cuando el Presidente de Venezuela regaló a su par de Estados Unidos el libro de Eduardo Galeano: Las venas abiertas de América Latina. Hoy, sin duda, sigue siendo un hermoso regalo el compartir libros. Para la milenaria China, el libro ha sido un objeto de alta estima y se ha inmortalizado su valor acuñando esta expresión: Un buen libro es una casa de oro.
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