Cartas del Desierto
Guillermo Pareja Herrera
El México siamés
La llamada realidad es un espejo. Ver la realidad como es, decimos. Pues veámosla y élla nos dirá cómo están las cosas y las personas. Que hay un terremoto, que el país fue eliminado en el campeonato mundial de fútbol, que se nos van 4 millones de mexicanos hambrientos al otro lado del río. Estos son espejos, de nuestra verdadera realidad . Después de los sucesos viene el análisis ,el desmenuzar el cascajo social para luego armar una nueva mezcla. El inolvidable terremoto de 1985 en la ciudad de México fue el espejo que nos dijo cómo estaba la sociedad civil y el inoperante gobierno. Que si hay un huracán, éste nos dice cómo se organizó la población y cuándo y como llegaron o no llegaron las ayudas. Que si se fueron 4 millones al otro lado, eso nos dice cuánto no encontraron aquí. Si la nave futbolera naufraga en la segunda ronda del mundial de fútbol, ahí nos vemos como el país del ya merito. El espejo desenterrado, en estas elecciones para presidente 2006,muestra a un México siamés, unido por la espalda. Cada cual quiere ir por su lado. No se ven a la cara. Tienen una cohabitación, por decir lo menos, incómoda, forzada, dolorosa, con negaciones, recelos y desconfianzas. Su ser siamés no se resuelve matando uno al otro pues comparten un solo cerebro y sólo tienen un corazón . Ese es su drama y su oportunidad. Esta historia es vieja. El México de los blancos, de los criollos y de sus simpatizantes y el gran México indígena y los millones de asalariados. La brecha está ahí desde hace 500 años y se sigue profundizando. Las elecciones de 2006 se han visto en el espejo desenterrado. ¡Pobre espejo! A unos mexicanos les molesta la imagen que asoma, les es fea, tan fea, que la solución ha de ser eliminar al espejo porque éste es un peligro para México.
Guillermo Pareja Herrera
El México siamés
La llamada realidad es un espejo. Ver la realidad como es, decimos. Pues veámosla y élla nos dirá cómo están las cosas y las personas. Que hay un terremoto, que el país fue eliminado en el campeonato mundial de fútbol, que se nos van 4 millones de mexicanos hambrientos al otro lado del río. Estos son espejos, de nuestra verdadera realidad . Después de los sucesos viene el análisis ,el desmenuzar el cascajo social para luego armar una nueva mezcla. El inolvidable terremoto de 1985 en la ciudad de México fue el espejo que nos dijo cómo estaba la sociedad civil y el inoperante gobierno. Que si hay un huracán, éste nos dice cómo se organizó la población y cuándo y como llegaron o no llegaron las ayudas. Que si se fueron 4 millones al otro lado, eso nos dice cuánto no encontraron aquí. Si la nave futbolera naufraga en la segunda ronda del mundial de fútbol, ahí nos vemos como el país del ya merito. El espejo desenterrado, en estas elecciones para presidente 2006,muestra a un México siamés, unido por la espalda. Cada cual quiere ir por su lado. No se ven a la cara. Tienen una cohabitación, por decir lo menos, incómoda, forzada, dolorosa, con negaciones, recelos y desconfianzas. Su ser siamés no se resuelve matando uno al otro pues comparten un solo cerebro y sólo tienen un corazón . Ese es su drama y su oportunidad. Esta historia es vieja. El México de los blancos, de los criollos y de sus simpatizantes y el gran México indígena y los millones de asalariados. La brecha está ahí desde hace 500 años y se sigue profundizando. Las elecciones de 2006 se han visto en el espejo desenterrado. ¡Pobre espejo! A unos mexicanos les molesta la imagen que asoma, les es fea, tan fea, que la solución ha de ser eliminar al espejo porque éste es un peligro para México.
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