domingo, 27 de agosto de 2006

Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Contundente


¿Qué es lo interesante de hacer un viaje cruzando el desierto, navegando el océano, surcando lo vientos o alcanzando las altas cumbres? Para algunas personas lo importante es llegar, para otras ser el primero, no falta quien prefiera distinguirse por romper una marca de velocidad. Vuelvo la mirada y recuerdo a los dos primeros seres humanos que llegaron a la cumbre más alta -Everest o Chomolungma 28,029 pies- de nuestra nave en movimiento el planeta Tierra: Tenzing y Edmund Hillary. A ellos los acosaban, de día y de noche, con preguntas sobre numerosos aspectos de la ascensión y la conquista de la gran cumbre. Un día Hillary despejó las dudas y dijo: No es la montaña la que conquistamos sino a nosotros mismos. Ahí está la clave que distingue a los seres humanos. Unos escalan las montañas y nada más. Otros escalan las montañas y en el trayecto cumplen una gran tarea: conocerse un poco más así mismos.

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