Cartas del Desierto
Guillermo Pareja Herrera
Bajo tierra
El Metro es un transporte subterráneo para gran cantidad de personas en las ciudades más pobladas de nuestro planeta. El metro llama mi atención pues aunque somos seres terrestres hemos inventado la manera de desplazarnos a través del agua, por el los aires y bajo tierra.
Los metros tienen su propia imagen, estereotipada, producto de varios factores.Así, se dice que el metro de Paris es maloliente y el Nueva York está pintarrajeado con graffiti y abundan las colillas de cigarros y botellas de cerveza y que el de Madrid es muy ruidoso y el de Londres, viejo, húmedo, lóbrego, mientras que el de Moscú tiene estaciones que son verdaderas obras de arte pictórica, y escultórica además del lujo en sus lámparas, mármoles etc.
Pues el Metro de la ciudad de México ha sido descrito como pintoresco, por la diversidad de personas y personajes .Al metro se le ha dado durante los últimos 15 años un rostro humano. Por ejemplo ,en sus salas de acceso se presentan grupos de danza moderna,músicos.Se ofrecen libros clásicos de literatura nacional y mundial para leerse durante el trayecto y ser devueltos al final del viaje – aunque no siempre son devueltos- .Se han presentado poetas que susurran poemas para los asistentes en los vagones llamados sopladores. Está en estudio personalizar algunos vagones para que uno esté dedicado a la música clásica y otro a la poesía y otro donde se cuenten cuentos breves para niños y adultos.
Tuvo razón Marc Augé en llamar al metro y espacios multitudinarios similares con el término de los-no-lugares, por su anonimato y masificación.Pero estas iniciativas creadoras van más allá y rescatan un espacio donde se mueven 4.5 millones de seres humanos, cada día. Estas acciones estéticas y humanísticas ofrecidas en un lugar de tránsito efímero, tienen la peculiar cualidad de abrir una ventana a la imaginación y nos pueden dejar un abrazo en el corazón –como me ha sucedido a mi.
- Inspirado por Marc Augé. Los no-lugares. Espacios del anonimato. Barcelona, Gedisa.2005.
Guillermo Pareja Herrera
Bajo tierra
El Metro es un transporte subterráneo para gran cantidad de personas en las ciudades más pobladas de nuestro planeta. El metro llama mi atención pues aunque somos seres terrestres hemos inventado la manera de desplazarnos a través del agua, por el los aires y bajo tierra.
Los metros tienen su propia imagen, estereotipada, producto de varios factores.Así, se dice que el metro de Paris es maloliente y el Nueva York está pintarrajeado con graffiti y abundan las colillas de cigarros y botellas de cerveza y que el de Madrid es muy ruidoso y el de Londres, viejo, húmedo, lóbrego, mientras que el de Moscú tiene estaciones que son verdaderas obras de arte pictórica, y escultórica además del lujo en sus lámparas, mármoles etc.
Pues el Metro de la ciudad de México ha sido descrito como pintoresco, por la diversidad de personas y personajes .Al metro se le ha dado durante los últimos 15 años un rostro humano. Por ejemplo ,en sus salas de acceso se presentan grupos de danza moderna,músicos.Se ofrecen libros clásicos de literatura nacional y mundial para leerse durante el trayecto y ser devueltos al final del viaje – aunque no siempre son devueltos- .Se han presentado poetas que susurran poemas para los asistentes en los vagones llamados sopladores. Está en estudio personalizar algunos vagones para que uno esté dedicado a la música clásica y otro a la poesía y otro donde se cuenten cuentos breves para niños y adultos.
Tuvo razón Marc Augé en llamar al metro y espacios multitudinarios similares con el término de los-no-lugares, por su anonimato y masificación.Pero estas iniciativas creadoras van más allá y rescatan un espacio donde se mueven 4.5 millones de seres humanos, cada día. Estas acciones estéticas y humanísticas ofrecidas en un lugar de tránsito efímero, tienen la peculiar cualidad de abrir una ventana a la imaginación y nos pueden dejar un abrazo en el corazón –como me ha sucedido a mi.
- Inspirado por Marc Augé. Los no-lugares. Espacios del anonimato. Barcelona, Gedisa.2005.
No hay comentarios:
Publicar un comentario