Si comenzar un nuevo día es una invitación para recibirlo con los brazos abiertos de igual manera el terminar de un día se parece al descanso después de la cosecha y del día trabajado. En esos preciosos minutos antes de sumergirnos en el sueño podemos detenernos por un segundo y ver los momentos del día y preguntarnos. ¿Con qué me quedo de este día? ¿Aprendizajes, encuentros, sorpresas, imponderables, descubrimientos, recuerdos y olvidos? Esos preciosos minutos son espacio para la gratitud. ¿Qué es la gratitud? La gratitud es la memoria del corazón, como dicen los franceses. No sólo la mente recuerda fechas y datos, el corazón recuerda gratitudes. Un día y otro, una noche y otra se sucederán mientras nosotros nos preguntaremos: ¿Con qué me quedo de este día? ¿Cuál es mi agradecimiento de hoy? Esperemos y dejemos que la noche nos hable al oído.
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