jueves, 17 de septiembre de 2009

Hermanos, maestros

Onorio Ferrero me abrió los ojos
A la eternidad de los tiempos,
¿Qué ven aquí?
Es un bosque detenido
En una silla, su vieja silla de profesor,
En la Plaza Francia.

William Blake me develó la minúscula grandeza
Para ver el mundo en un grano de arena,
y el Cielo en una flor silvestre,
abarca el infinito en la palma de tu mano,
y la eternidad en una hora.

Aquí, muy cerca, José Emilio Pacheco me susurró,
el misterio de la gota convertida en mar,
Digamos que no tiene comienzo el mar.
Empieza donde lo hallas por vez primera y
te sale al encuentro por todas partes

Gota de agua, granito de arena, ola, chispa incendiaria,
El viento deja en mi oído
todos los cantos siderales
todas las voces de aguas primigenias
el estruendo del trueno
los coros humanos
en las pampas
en las cumbres,
en la playas
en la estepa,
en el peregrinar por este mundo

1 comentario:

Anonymous dijo...

...que bárbaro! qué inspiración!
me llegó hasta el corazón.
Nunca dejes de escribir.