viernes, 11 de diciembre de 2009

Casa de la vida


Hay un amplio discurso en torno a la primogenitura de los elementos fundamentales de nuestra realidad natural. Lo que si queda claro es que agua, tierra, aire y fuego son inseparables para que surgiera eso que nos sigue maravillando y se llama vida. Para mi querido José Emilio Pacheco: La gota estuvo allí en el principio del mundo. Es el espejo, el abismo, la casa de la vida y la fluidez de la muerte. Hoy me quedo con la última oración: El agua es la casa de la vida y de todas las forma de vida y cuando llegue el momento en que el agua nos abandone y fluyendo siga su curso y deje a nuestro cuerpo, en ese momento nosotros, en lo que somos verdaderamente, ya no estaremos en este mundo. Es muy sabio considerar las ancestrales observaciones tibetanas sobre los seres cuando estamos próximos a partir. El aire comienza a salir de nosotros y tenemos dificultad para respirar, mientras nos vamos enfriando lentamente y los fluidos acuosos se van secando en boca, garganta, ojos, piel y nuestra tierra que es el cuerpo, va tornándose seco y endureciéndose .De tal manera que los cuatro elementos, presentes como ausentes, refieren directamente a la vida como a la no vida.

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