Para la imaginación despierta la literatura brinda amplios, coloridos horizontes. Como muestra de ello recordemos que hay gente que ama las novelas rosa. Las mamás, en presencia de sus hijos, prefieren el humor blanco, mientras que los papás leen ávidamente la nota roja. Cuando las cosas se ponen realmente muy feas no hay más que leer una novela de humor negro.
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