martes, 10 de enero de 2012

Solar

En la sucesión de días como llegan los invernales también les llega su tiempo a los primaverales. La luz, la temperatura, dan cuenta de los cambios. La piel, nuestro ánimo toman nota, nos desperezamos y la ropa se aligera, y se deja suelta como velas desplegadas al viento de esta pequeña  nave que cada cual somos. Mientras escribo siento un susurro, una palmada en el hombro que me hace voltear y mi sorpresa es la misma que sintió el buen Julio  en una de sus tantas buhardillas en París. ¿Qué anotó Julio? Por mi ventana está entrando el sol de las cinco de la tarde, gordo, caliente y resplandeciente[1] . Hermosa presencia que me arropa, me envuelve y me regala una sonrisa.









[1] Julio Cortazar.Cartas a los Jonquieres, 154.

No hay comentarios: