jueves, 2 de febrero de 2012

Homenaje

En mis andares familiares de descanso,  que alguna vez en el año suceden, la pupila se distiende para captar las huellas humanas dejadas como grafiti, inscripción en la parte trasera de los camiones de carga y de materiales de construcción, taxis y bardas o paredes de casas abandonadas o en ruinas. Unas de esas muestras la encontré volteando la esquina, bajo la sombra de un encino recostado en la pared: El chisme y el chiste  ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Sonreí, un homenaje al buen Albertito Einstein.

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