martes, 1 de mayo de 2012

Dividiendo el tiempo





El buen Julio juntó unos centavos y con su compañera de la vida marchó de Paris a Roma  ,vivió austeramente sin que faltara la pasta rociada  por un chianti y los paseos bajo la divisa de la hospitalidad italiana: si no tienes una Vespa –la gloriosa motocicleta económica- pide que alguien en la strada te lleve a cambio de una amable conversación. Así pudo deambular amablemente por las glorias italianas .En una carta a su amigo Eduardo le dice: Haré lo mismo que aquí, dividir el día entre el trabajo y la vagancia  -(Del lat. vacare).”Tener tiempo y lugar suficiente o necesario para hacer algo”. Entendido ,así, el término podía alternar su trabajo de traductor con la hermosa vagancia que es disfrutar de tiempo y espacio para lo que casi todos los seres humanos anhelamos: el esparcimiento o conjunto de actividades -por lo general placenteras- con las que se llena el tiempo libre donde impera ese aire de soltura, fluidez y bien espíritu. Monumentos,pueblos,gallerías,museos,trattorias,ríos y puentes, fuentes y atardeceres, llevaron la vida del buen Julio. ¡Que hermoso apuntarse en el club de la vagancia y el esparcimiento!






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