martes, 22 de mayo de 2012

Tres miradas






En mi escuela descubrí el universo de la mirada y esas largas horas vividas en las aulas fueron el escenario de tal descubrimiento. La enseñanza y el aprendizaje de los tiempos que me tocó vivir no se caracterizó por ser muy ruidosa sino, más bien, reflexiva. Imaginemos tres escenas para la mirada: 1ª. Buscar, mirando al techo, la súbita inspiración que me permitiera recordar lo olvidado y puesto en blanco  -durante uno de esos cientos de exámenes que tuve que afrontar. 2ª. Seguir mirando, pero ahora, hacia el suelo pues en el cielo no estuvo la respuesta, mientras la ansiedad de los minutos transcurridos ,en blanco, se extendía como un manto pesado. 3ª. Si la respuesta no venía ni del cielo ni del suelo, la mirada se desplazaba a izquierda y derecha en busca de la información salvadora. Llegado a este momento, dependía de la generación del compañero que se hiciera un par de grados a su izquierda o a su derecha y surgía ,de pronto la palabra, la cifra, la fecha ,la solución salvadora. Por eso, lo que más recuerdo de esos años ,no es el cielo ni el suelo, sino a mis queridos compañeros con quienes el intercambio de miradas nos llevaba a tejer una red salvadora de nuestra común ignorancia.

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