miércoles, 6 de junio de 2012

La voz






Los tiempos para elegir a nuestros gobernantes son tiempos preñados de observaciones, comentarios, dilemas, chismes, propaganda, debates, diálogos, confrontaciones y agresiones verbales, psíquicas y físicas. Hoy sigue vigente ,para mí el recuerdo de un querido maestro de mis primeros días de estudiante universitario, célebre  por su maestría  en la expresión oral  -oratoria, retórica, diálogo, debate, exposición, etcétera. Ese maestro  nos regalo  el primer día de sus clases formidables el siguiente recordatorio: No ganarás ningún debate levantando la voz. Trabaja intensamente en crear argumentos de gran calidad. Levantar la voz es la señal inconfundible de que la conversación ha derivado al centro emocional, ha tocado algún sentimiento y a partir de ese instante el encuentro puede girar a desencuentro, el diálogo tornarse en  agria discusión y las diferencias naturales se convierten en abismos casi insalvables.

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