domingo, 3 de junio de 2012

Manteniendo el rumbo





Hay paradojas interesantes como aquella de cuanto más poseemos más preocupaciones nos llegan aparejadas. Respecto a la manera de ser y de estar en el mundo hay una observación muy sabia de Gotthold Ephraim Lessing  que dice: El hombre más lento, que no pierde de vista el fin, va siempre más veloz que el que vaya sin perseguir un punto fijo. Alcanzo a escuchar en esta frase,  un eco de la fábula de la liebre distraída y confiada en su velocidad que llegó más tarde a su destino que la tortuguita quien siendo lenta mantuvo la concentración y el paso y llegó a su meta antes que la liebre.

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