Un mejor caballo
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H Ford y su Modelo T |
De los
padres a los hijos, de los maestros a los alumnos, de los gobernantes al pueblo
se da una relación que está llamada a ser de conviviencia,de mutuo apoyo y servicio. Esa es la teoría. La
práctica es otra. Los padres no suelen pedir opinión a su hijos, ni los
maestros se detienen a considerar el parecer de sus estudiantes y los
servidores públicos o gobernantes no preguntan ni conocen las verdaderas
carencias y necesidades de la gente que los ha elegido. Más aún, la práctica
común es la imposición vertical de las decisiones, planes y programas sobre
niños jóvenes y adultos y se pierde una gran oportunidad de crecer juntos, para
contribuir a la creatividad comunitaria. Es cierto, por otro lado,
que nuestra imaginación está
paralizada, estancada y casi fosilizada. De ahí, la necesidad de los innovadores que van más allá de las
creencias generalizadas. Tengo en aprecio la célebre expresión de Henry Ford
cuando dijo: Si hubiera preguntado a mis clientes qué necesitaban, habrían dicho un
caballo mejor, y hoy tenemos como transporte -sin casi admiración ni asombro- el automóvil imaginado y aterrizado por Ford.
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