jueves, 2 de agosto de 2012

Un brillo, un silencio, un roce







La vida, ese misterio tejido por instantes. Las historias humanas de instantes están hechas. Cuando me detengo en la memoria agradecida de mis instantes vividos me ilumina  -como faro en  alta mar-   el buen José Emilio: Pero un brillo en los ojos, un silencio / o el roce de las manos que se despiden / prende la luz de la imaginación[1].      










[1] - José Emilio Pacheco

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