Los viajes más frecuentes que hacemos los seres humanos no son, precisamente, a tierras lejanas sino al gran reino de la memoria donde habitan cientos y millares de recuerdos. Sin duda que esos recuerdos son diversos en su contenido y en su tono emocional. Nuestra cultura suele tener la tendencia a recordar los aspectos duros, difíciles,negativos y trágicos de la vida. Sin embargo la experiencia directa nos trae una buena noticia que dice: Los mejores recuerdos son aquellos que al pensarlos ,te sacan una sonrisa. Cuando un recuerdo tiene esa fuerza para hacernos sonreír es como pintar nuestro día con nuestro color favorito.
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