martes, 30 de octubre de 2012

Constancia






Reconozco que provengo de una cultura donde los obstáculos a vencer estaban fuera de uno mismo y por lo general se señalaba a la naturaleza como la depositaria de los obstáculos y los imposibles. Digamos que fue la montaña más alta, el mar y el río el gran calor y el frio agudo lo que me impresionaban. En esos tiempos hay gente que está fascinada por la ruptura de los obstáculos y los llamados imposibles y para muestra están los deportistas, los exploradores y aventureros y además el libro de records del  señor Guinnes. Con los años volví a releer algunos de mis clásicos preferidos y me encontré con lo dicho por el poeta Virgilio: La constancia quebranta los muros más sólidos y vence los imposibles más colosales. Razón tuvo, pero hoy veo que los muros sólidos y los imposibles están en nuestra relaciones interpersonales, en nuestros miedos, fobias y tendencia a la discriminación, el racismo y la ausencia de empatía para con las diferencias humanas. Es en el cambio de nosotros mismos donde tendría yo que aplicar la tan olvidada Constancia.

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