Podemos ser deportistas de alto o
mediano rendimiento, podemos ser artistas consumados o aprendices, podemos ser
científicos experimentados o novatos o simples seres humanos en la vereda de la
vida y para todos nosotros hay un recordatorio: Mientras estamos en este mundo
no todos los días son iguales. Algunos días son luminosos e iluminadores y
otros pasan en la penumbra y la congoja y nos llevan a decir que hay días
buenos y malos. Cuando estamos en una situación semejante pareciera que la
respiración se nos torna escasa y entrecortada. Me viene bien recordar a un
entrenador que le decía a su equipo de muchachitas discapacitadas: Respira. Es sólo un mal día, no una mala
vida. Gran verdad, necesaria verdad, un día no es toda una vida, ni toda la
vida. Vamos pues de segundo en segundo, de instante en instante: ¡Respira!
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