El corazón como
realidad anatómica y fisiológica se
parece a una bomba que impulsa a la sangre por la red de redes que es el cuerpo
del ser humano. El corazón como realidad simbólica es el órgano de los afectos,
sentimientos, pasiones y emociones. Ahí palpita el amor, el desamor, el odio y
la generosidad, la solidaridad y la nobleza. Al decir de mis ancestros no basta
con tener un corazón sino el talante para conducirlo
Mi
corazón no
tiene llave, es un
arca
abierta
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