miércoles, 17 de octubre de 2012

Ventana, olla y taza






¿Qué una ventana?, ¿Qué es una olla?, ¿Qué es una taza? Son objetos familiares a los cuales nacimos a conocer tempranamente  en esta vida. ¿Qué tienen en común la ventana, la olla y la taza? Tienen en común que son obras humanas y además son espacio vacío diseñado para algo, es decir, para cumplir con una función en esta vida. Tenemos pues, que en el vacío hay una utilidad. El vacío de la ventana permite que nos llegue la luz del sol y que nos asomemos al mundo, deja pasar la brisa fresca. El vacío de la olla permite que en su interior se mezclen líquidos y sólidos y con la acción combinada de tiempo y el fuego se convierten en alimentos para alimentarnos y compartir. El vacío de la taza y mejor si la taza es para tomar café alberga a mi bebida predilecta para ser disfrutada sorbo a sorbo mientras escribo estas líneas. En el vacío hay una utilidad. Así es nuestra vida que llega vacía a este mundo y nosotros paciente o atolondradamente, sabia o torpemente la llenamos y entonces nos lamentamos de vivir un vacío existencial. Pero el vacío, en sí mismo, es neutro, nosotros decidiremos con qué, cómo y cuándo llenarlo.





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