La vista y la mirada tienen la dichosa
propiedad de enfocar y adaptarse a las variables distancias y condiciones de
iluminación de los objetos. Lo que sirve en el terreno de la pura física se
aplica al mundo de las percepciones vitales, al rico mundo de las
experiencias cotidianas. Charlie Chaplin
fue un ser humano dotado con una gran
sensibilidad para captar los sutiles movimientos de nuestras emociones y
sentimientos. Cuando estuvo en la recta
final de su vida hizo una breve y
luminosa síntesis de su existencia y así quedo anotada: Vista de
cerca, la vida es una tragedia, pero vista de lejos, parece una comedia.[1]
No hay comentarios:
Publicar un comentario