sábado, 4 de enero de 2014

Observación






a la sombra de las peñas.
La gente de nuestro amado desierto chihuahuense ,desde tiempo inmemorial se ha valido del primer recurso humano para el pronostico del tiempo: la observación silenciosa, cuidadosa de la naturaleza. Ojos, oídos, tacto, olfato, gusto, aplicados para escudriñar el comportamiento presente y futuro de las conductas de los cielos, de las aguas, de la tierra, de los vientos, fríos, calores y nevadas. La observación, el paso fundamental de la ciencia  para tratar  de reducir el grado de incertidumbre pues la ciencia no pretende ser la última verdad o la última palabra. Masaoka Shiku[1] unió el cielo y la tierra o ,lo que es igual, la ciencia con la poesía pues observó  dos conductas vivas y las expresó en dos  haiku inolvidables. La primera observación es sobre qué hacen las hormigas y la segunda observación sobre  que  hacen los humanos cuando encuentra una gran piedra fresca, sombreada.  La observación del micro mundo y del macro mundo es bella igualmente: hormigas y humanos ante la lluvia y ante el calor.

Pasa la lluvia.

Por todas partes
surgen sendas de hormigas.

Camino caluroso.

Sobre esa piedra
descansan todos.











[1] Masaoka Shiki (1867-1902).

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