lunes, 29 de septiembre de 2014

Del papel a la práctica





Nuestras sociedades del siglo 21 han heredado tres instituciones que radican en el centro de nuestra vida diaria y son muy antiguas: Escuelas, hospitales y cárceles. Sus propósitos se resumen en una trilogía: Informar,Curar,Vigilar/castigar. Del papel escrito a la realidad suele haber una distancia y aunque las escuelas están llamadas a formar y orientar a los seres humanos suelen quedarse en la información de datos. Los hospitales que están llamados también a sanar y a dar un trato compasivo se quedan en un negocio probado o en una atención mecánica y despersonalizada. Las cárceles son punitivas por definición práctica. Por todo lo dicho Michel Foucault afirmó: Las cárceles, los hospitales y las escuelas presentan similitudes porque sirven para la intención primera de la civilización: la coacción. ¿Qué es la coacción?  Es el uso de la fuerza que se impone a una persona para obligarla a decir o a hacer algo contra su voluntad –sea niño, paciente o delincuente. Largo camino nos espera, como humanidad, para revertir nuestra deshumanización y reconocernos como humanos dignos.

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