miércoles, 19 de noviembre de 2014

La X de México

La X. Escultor:Sebastián.Cd Juárez,Chih
La X de  MéXico en estos días nublados me da mucho en qué pensar.  
La X es la antepenúltima letra del abecedario.
Decir, "es un X" es decir nadie, un sin nombre, a quien no se voltea siquiera a ver.
Pero, Dos XX es una marca de cerveza.
X significa, para unos, el cruce de dos culturas,la indígena y la española,sea para ventura,sea para desventura.
X es un cruce de caminos.
El centro de la X es el punto de partida o el punto de llegada de los caminos.
En el México de la pobreza, el centro de la X es el punto de fuga a los Estados Unidos.

Este México está ardiendo para unos y está colgado de alfileres.
Para otros México es el paraíso para hacer negocios donde todo se arregla con la mordida.
Unos pueden  tener una casa de 80 millones gracias a los mutuos favores, palancas, negociados y gratitudes con información privilegiada y tráfico de influencias y nos dan información puntual y precisa cuando ya explotó el escándalo - pero llevamos casi dos meses sin saber qué destino tuvieron 42 futuros maestros de escuelas rurales en uno de los estados más paupérrimo de la patria. ¡Cuánta lentitud y cuánta rapidez!

La X de México esta mirándonos a todos los mexicanos y cada cuál la interpreta como quiere.Para unos será la X que nos convoca para construir la casa de todos. Para otros la X de México es un  "ve, llénate las bolsas en el menor tiempo posible y vete del país a disfrutar en Vail, Paris, Ginebra, Londres, donde no huela a naco, donde no veas caras de chocolatosos mexicanos, ni de huarachudos con sus plantones "  -dos hombres  al calor de un 'Buchanan'  en una sala Vip del aeropuerto T2 de México,  -dixit-.

Miseria, racismo, exclusión están en la X de México aunque nos duela, aunque se niegue, aunque se mire para otro lado.

La cereza del pastel es invocar a frases como:  "los violentos quieren desestabilizar a la X de México, quieren derrocar al estado mexicano , quieren prenderle fuego a la casa, quiere sembrar el caos y la anarquía". Lo que me llama la atención es que hace muchos, muchos años que el estado mexicano vive crónicamente desestabilizado por su propia clase política ejecutiva,legislativa y judicial que no vela comprometidamente por el bien de todos los mexicanos.  Desestabilizado quiere decir que los platillos de la balanza no saben de equilibrio ni de moderación.  Hace muchos años que los servidores del pueblo nos dan, sin sonrojo,  el espectáculo de cómo el puesto político los convierte en nuevos ricos y amantes no de la discreta sencillez y medianía  de Juárez  -que no mediocridad- sino en señorcillos enseñoreados que hay que verlos en las pasarelas de aeropuertos, boutiques, hoteles, restaurantes, casas , departamentos, ranchos, vehículos , fiestas y hasta orgías de alcohol, coca y mujeres a discreción. Ellos y sus descendientes  han formando una casta dorada que siente que la mayoría del pueblo de la X  les debe besar la mano por su excelente desempeño profesional y ético.

Pero hay otro poder en la X de México y es el de los "comunicadores" los "analistas" y "periodistas" - algunos de ellos dignos y profesionales , pero  otros necesitan que se les aplique la misma medicina. Ellos se dan el lujo de criticar al otro  medio mundo, al otro México,  pero ¿quién los investiga a ellos? y sus negocios, alianzas y la torcedura de sus informaciones y de su análisis  -que no es ofrenda a la verdad objetiva sino alabanza a su patrón y claro sesgo en favor de los intereses de los poderes.

Cuando el aparato del estado se queja de que hay quienes quieren desestabilizarnos , ni por asomo hacen autocrítica de su desempeño corrupto  -que en otros países del mundo ya les hubiera costado la cárcel, la deshonra, la inhabilitación para todo cargo público y además reparar y devolver hasta el último centavo tomado del dinero de todos los mexicanos. Un peso mal habido es no escuela, no salud, no trabajo, no vida digna para millones de mexicanos.

Este es un llamado  desde nuestro amado desierto para entender que los frutos se conocen por las raíces, que todas nuestras acciones tienen consecuencias, que antes que dirigir el dedo acusador revisemos nuestro propio modo de conducirnos en la vida.  El México que tenemos es el  producto de la viveza de unos, de la pasividad de otros, de la ignorancia de muchos.

En la construcción de la X de México hay cimientos inevitables que hemos de poner y se llaman Responsabilidad, Pensar no sólo en mí sino el bien para todos,Trabajar y vivir pensando en los que  aún están por nacer en el centro, en el corazón de esta misteriosa X. 


Entonces,sólo entonces ,la misteriosa X de México podrá brillar  -cuando ahora está bajo la ceniza y escurriendo la sangre coagulada de no pocos mexicanos de todos los bandos, grupos, familias tanto inocentes como delincuentes pero mexicanos al fín. 

Escribo esto desde el amado desierto de Chihuahua, mexicano por elección honrosamente y  me alegra, como me duele,  todo lo que tenga que ver con el pasado , el presente y el futuro de esta noble tierra que se escribe,  -hoy temerosa, indignada, a ratos amorosa, temblorosamente-  con X.


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