Una tragedia sucede a otra mayor y juntas forman una herida purulenta y afiebrada que no se resuelve diciendo: ¡olvídense! Hoy he descubierto que lo cantado por el gran Dante Alighieri en su Divina Comedia ,cantos del Infierno III, es un retrato familiar para nosotros - en nuestra patria- a ochocientos años de distancia.
Hemos venido al lugar donde te dije
habías de ver la gente adolorida,
que ha perdido el bien del intelecto.
(...)
Allí suspiros, llantos y grandes gritos
resonaban en el aire sin estrellas,
que me hicieron llorar no bien entré.
Lenguas diversas, horribles lenguarajos,
palabras de dolor, acentos de ira,
altivas y roncas voces, con puñadas.
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