El comentarista de las noticias internacionales de la noche
narró las primeras impresiones de un refugiado al tocar tierra española. Le
preguntaron cómo se sentía y sólo atinaba a sonreír pues sólo habla árabe. Pero
del bolsilo de su saco sacó un pedacito de papel y un pequeño diccionario con
el que se ayudó en el viaje. En el papel estaba su nombre, su profesión: profesor de
secundaria y al final esta frase: ‘La amistad duplica nuestras alegrías y divide nuestra
tristeza’
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