Con motivo del día de la patria el 16 de septiembre un periodista entrevisto a un grupo de
ciudadanos. Las preguntas giraron sobre cuán contentos se sentían al haber
nacido como mexicanos y cuál ha sido su contribución a este pais. Otra
pregunta tuvo que ver con la calidad de vida y pedía la opinión de las personas
sobre la marcada desigualdad social .
Esa última pregunta me llevó a pensar en
que debajo de la desigualdad social está el tema de cuán felices somos los mexicanos del siglo
21, sea en el desierto, sea en las medianas y grandes ciudades. Mi opinión coincide con la expresión anónima que dice: ‘Las personas más felices no tienen
las mejores cosas, simplemente aprecian lo que tienen’ . La médula de esta
expresión es la ‘actitud. La pobreza genuina no se agota en la carencia de
bienes sino que va más allá y toca a lo íntimo del ser humano.
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