Dicen en nuestro desierto que hay dos equipos de personas. El primero es el de los elefantes porque tienen memoria de elefante y recuerdan cada piedra, nombre y fecha. El segundo es de los mosquitos pues tienen una desmemoria como la del diminuto cerebro de un mosquito. Los memoriosos presumen de su gran memoria pero sospecho que los desmemoriados obtienen una ventaja de sus olvidos. Esa ventaja es que para vivir felices se olvidan de la muerte -viven como si la muerte no existiera o que siempre está muy remota- y eso que la muerte es lo único seguro de que todas maneras sucede, sucederá y nos llegará a cada uno de nosotros sin excepción.
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