Dígame de un rincón del mundo donde no viva el odio
Dígame de un rincón del mundo donde dos no se odien
abierta o calladamente.
Oriente y occidente, norte y sur
estamos inoculados por el odio
de él somos receptores y transmisores.
El odio me trasforma
Me obsesiono
Traigo al otro en la mente
de día y de noche.
No odies a tu enemigo,
porque si lo haces, eres
su esclavo.
-anotó Borges.
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