lunes, 17 de octubre de 2016

Puerto, Vientos y Gentes


Todo humano que pone el pie fuera de su casa corre un riesgo: desorientarse.
Palabra que viene de "orientarse" o tomar el "oriente" punto de la salida del sol como referencia.

Una desorientación es física o no saber dónde estoy parado o qué camino tomar.
Otra desorientación es la de mi existencia, no saber quién se es, ni saber qué se quiere ser.

Pareciera que la desorientación le sucede sólo a los individuos pero va más allá.
Vemos pueblos,paises completos que al elegir a sus gobernantes se desorientan
y tanto desbarran los pequeños pueblos como los grandes imperios.

Cuando veo a candidatos y candidatas impresentables me pregunto:
¿qué no habrá en un país de 20 ,30 ó 300 millones de habitantes algunos
miles de ciudadanos honrados y rectos como para recibir la confianza
de sus paisanos y servir a su pueblo, y que los presentados que tenemos
enfrente son -como dijo Rolando un medico anciano-
una elección entre el sida y el cáncer?

El viejo Séneca sigue vigente: 'Cuando no sabemos a qué puerto nos dirigimos, 
todos los vientos son desfavorables'

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