al viento no le quedó otro recurso que tomar aire y sobrevolarlo.
En ese punto del desierto hay un pequeño café.
Como es usual, ya tienen una cámara de vigilancia que pasea la
mirada aburridamente. El dueño, al revisar la grabación vio a un
"homeless" producto de la guerra en el desierto de Irak
urgando en el basurero buscando algo para comer.
Al día siguiente se leía en la ventana:
"... amigo usted es un ser humano como yo,
merece comer dignamente. Pase, por favor,
pida una sopa caliente, fruta,un guisado, nuestro buen café.
En cuanto usted se valga por sí mismo que otro amigo
suyo venga. No hacemos preguntas.Sólo diga que leyó nuestro
cartelito. ¡Gracias!"
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