domingo, 14 de mayo de 2017

Guardar,conservar,recordar


Nuestros antepasados sapiens sapiens  -150 mil años atrás- tenían una formidable memoria. Conservaban el paso de las estaciones con detalles, el vuelo de las aves y el paso de mamíferos y reptiles. Recordaban sus gestos amorosos  y cada palabra de sus cuentos y tradiciones.Sabían de memoria el mapa que les llevaba por sus territorios, montes llanuras, arroyos, lugar de cacería.No tenían escritura, ni números, ni luz eléctrica, ni combustibles fuera del noble fuego de la leña.Todo lo confiaron a su memoria y a su capacidad de recordar o evocar con el corazón las huellas más amables de su breve  existencia. 

Hoy asisto a una conferencia, congreso, reunión social y antes de que alguien diga una palabra amable , nos saludemos o abrazemos detenidamente... llueven decenas de disparos de cámaras fotográficas instaladas en teléfonos inteligentes... ¿dónde quedó nuestra confianza en el corazón?  Un buen amigo me compartió que "...los mejores recuerdos se guardan en el corazón , no en el celular"(*)

Un día, en un desolado majestuoso paraje de la cordillera de los andes peruanos nos encontramos un fotógrafo suizo y yo. Montado en una bicicleta estaba cruzando el continente desde Panama hasta la Patagonia. No llevaba ni reloj ni cámara fotográfica. Al preguntarle por esa ausencia me dijo: "... me gané la vida durante 25 años como fotógrafo para una compañía relojera suiza y vi el mundo en mi muchos viajes detrás de la lente. Hoy quiero ver ese mundo con mis propios ojos y guardar este viaje en mi corazón"
Me quedé pensando en que -si de seguridad y buena memoria se trata- no hay lugar más hermoso y seguro que lo que llevo en mi corazón, en mi alma  -palabras para designar lo más íntimo de mi ser.
(*)    - Gracias, Angel de pocas letras.  










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