miércoles, 28 de junio de 2006

Cartas del Desierto
Guillermo Pareja Herrera

Amigos recordados

Mi café es silla de esterilla, es cubierta de mármol, es machimbre que huele a petróleo. Mi café es periódico, libro, brisa en ventanal, rumor de la calle, sombra de un sicomoro. Mi café es lugar de amigos, unos van y otros vienen. Pero, unos cuantos, amigos no tienen. Ricardo adivina si es mañana de lungo o romano o si es tarde de expresso o macchiato. Los minutos se convierten en ancha y larga playa junto a un mar de tintailetras. Ricardo se sienta junto a un pariente de Steinway y dibuja en el aire, con el arte de sus dedos, un nocturno de Chopin. El café, ese lugar, se inventó para los amigos. En mi memoria habitan dos amigos. Los dos honraron a la amistad. El primero dijo: Amigos. Nadie más. El resto es selva. (*) El segundo amigo ,antes de partir de este mundo, dejó estas líneas: En torno de algunos cigarrillos consumidoso de un momentáneo caféunos cuantos se escuchan, se miran, se conocen,solitarias almas de pronto reunidascuyas palabras no se pierden en el aire que borra los días. (**)
En una media mañana fresca y húmeda de verano, en el desierto, recuerdo a mis dos amigos. Mi lungo exhala su aroma. -

(*) Jorge Guillén. –citado por-

(**) Sebastián Salazar Bondy, Los amigos.

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