Cartas del Desierto
Guillermo Pareja Herrera
Los pliegues de la democracia
Una vez más seguimos, desde el desierto, el palpitar de la patria de norte a sur y de oriente a poniente. Los ciudadanos hemos avanzado en el despertar de nuestra conciencia cívica y política. Hace treinta años la vida política de este país la decidía el grupo selecto de la cúpula del partido único y hegemónico por 70 años. El despertar ciudadano costó vidas, persecuciones y atropello de las libertades básicas. Bajo esa presión amaneció el año 2000 y vivimos la transición. Mas la vida democrática necesita de la alternancia para desarrollarse. La tentación de la permanencia flota en la mente de no pocos sea del color que sean. ¿Porqué la alternancia? Porque nadie es perfecto. Si no se cumplen las promesas y planes ofrecidos, el pueblo sanciona 6 años después al partido gobernante y le da la oportunidad a otro. Cada elección no sólo es el instrumento para elegir a un nuevo equipo gobernante sino también una forma de evaluación del desempeño del gobierno que concluye su servicio al pueblo. Además las democracias tienen la peculiaridad de no conceder a los presidentes la mayoría en las cámaras para vivir la pluralidad,la negociación y el consenso. Esta nueva situación nos pide a todos estar alerta porque la democracia no es algo que se termina emitiendo el voto sino demandando y exigiendo que nuestros servidores públicos elegidos por nosotros nos cumplan, pues su salario lo pagamos entre todos. En caso de duda en una elección sólo queda un camino: IR HASTA EL FONDO DEL CONTEO VOTO POR VOTO para que no quede duda sobre el respeto al voto que se merece el lejanísimo jornalero del desierto chihuahuense o el ejecutivo de la más grande empresa nacional que trabaja en una torre en Santa Fé. No ha caducado aquello de a grandes males grandes remedios y es hora de aplicarlos, sin miedo, pues si buscamos la Verdad ésta tiene que manifestarse bajo la luz y entonces todos saldremos ganadores ,incluidos los eventuales perdedores.
Guillermo Pareja Herrera
Los pliegues de la democracia
Una vez más seguimos, desde el desierto, el palpitar de la patria de norte a sur y de oriente a poniente. Los ciudadanos hemos avanzado en el despertar de nuestra conciencia cívica y política. Hace treinta años la vida política de este país la decidía el grupo selecto de la cúpula del partido único y hegemónico por 70 años. El despertar ciudadano costó vidas, persecuciones y atropello de las libertades básicas. Bajo esa presión amaneció el año 2000 y vivimos la transición. Mas la vida democrática necesita de la alternancia para desarrollarse. La tentación de la permanencia flota en la mente de no pocos sea del color que sean. ¿Porqué la alternancia? Porque nadie es perfecto. Si no se cumplen las promesas y planes ofrecidos, el pueblo sanciona 6 años después al partido gobernante y le da la oportunidad a otro. Cada elección no sólo es el instrumento para elegir a un nuevo equipo gobernante sino también una forma de evaluación del desempeño del gobierno que concluye su servicio al pueblo. Además las democracias tienen la peculiaridad de no conceder a los presidentes la mayoría en las cámaras para vivir la pluralidad,la negociación y el consenso. Esta nueva situación nos pide a todos estar alerta porque la democracia no es algo que se termina emitiendo el voto sino demandando y exigiendo que nuestros servidores públicos elegidos por nosotros nos cumplan, pues su salario lo pagamos entre todos. En caso de duda en una elección sólo queda un camino: IR HASTA EL FONDO DEL CONTEO VOTO POR VOTO para que no quede duda sobre el respeto al voto que se merece el lejanísimo jornalero del desierto chihuahuense o el ejecutivo de la más grande empresa nacional que trabaja en una torre en Santa Fé. No ha caducado aquello de a grandes males grandes remedios y es hora de aplicarlos, sin miedo, pues si buscamos la Verdad ésta tiene que manifestarse bajo la luz y entonces todos saldremos ganadores ,incluidos los eventuales perdedores.
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