lunes, 3 de julio de 2006

Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Voto por voto. Democracia y zapatos


Las campañas electorales terminan el día en que un pueblo emite su voto.
En nuestra patria, después de décadas y décadas, estamos probando qué es votar en secreto y libremente. Bien, muy bien.
Las elecciones terminan con la proclamación, del ganador,por parte de la autoridad electoral, aunque fuera con un solo voto de diferencia. No son correctas las auto proclamaciones de victoria de partido alguno, antes del tiempo.
Es derecho de los candidatos poder comprobar voto por voto la confianza que les tuvieron sus electores y además el pueblo se merece esa transparencia. Cuentas claras, amistades largas.
Hasta aquí la parte operativa de las elecciones.
Pero ¿dónde estamos como pueblo en cuanto a mentalidad cívica? Vamos despertando. Esto es señal de vida. La transición de un régimen monopartidista a un régimen de partidos tardó 25 años en gestarse y llegar a ser fruto maduro en 2000. Ahora estamos en la siguiente etapa llamada la alternancia entre partidos, en el gobierno, al cotejar sus promesas con sus resultados. Esta es una tarea de calificación indispensable de los ciudadanos para con sus servidores-gobernantes. Este es el punto crucial para llegar a una democracia madura. El voto libre y secreto es el instrumento, nada más. Las democracias son como la calidad que dicen tener los zapatos. Hay zapatos que tienen una laga vida y otros duran una puesta y se abren al primer tropezón exhibiendo la desnudez del dedo gordo. Esto quiere decir, en palabras llanas, que hay democracias que proveen a sus ciudadanos, de manera generalizada, las condiciones de vida decentes y propias de seres humanos. Son democracias que sí funcionan. Hay otras democracias, las nuestras, que tienen el título, las credenciales, pero cuentan con una pata de palo pues los beneficios de la vida democrática no le llegan a los más necesitados y no se traducen en microeconomía, salud, educación, pensiones, transparencia en la función pública, rendición de cuentas. Estas democracias son democracias débiles y formales ,aún no enraízan y generan desilusión, frustración y enojo social. Así que, estamos sólo con la cuarta parte del camino recorrido. Falta mucho y éste, como todos los pueblos de la tierra tiene el reto de construir una sociedad de la que no nos avergoncemos y donde el zapato cubra y cuide el dedo gordo de todos.

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