domingo, 2 de julio de 2006

Cartas del Desierto
Guillermo Pareja Herrera
Tres papelitos y un crayón


Ese breve acto de tomar, en su caso, tres papelitos, un crayón y ocultarse bajo una cortinilla para marcar la propia elección de presidente de la república, senadores ,diputados y ,en su momento, a gobernadores de estados y presidentes municipales, es lo que llamamos emitir el voto personal libre y secreto. A veces la fila para votar es larga y bajo el sol otras veces es cómoda y el rito se despacha en breves minutos. Sea como fuere y como nos toque hay un hecho: la brevedad del acto tiene una larguísima estela de consecuencias, tantas, que no las podemos imaginar, tantas que se convierten en los hilos visibles e invisibles que tejen lo que llamamos la historia de los pueblos, la historia humana. Por no dimensionar las consecuencias de nuestras acciones y decisiones podemos pensar que da igual votar que no votar y que al día siguiente todo seguirá igual. Pues no. Eso no sucede con el voto. El voto es un eslabón unido a muchos otros eslabones que le preceden y le suceden. Con el voto no sucede lo que sí pasa con los periódicos. Hoy, el periódico local cuesta 5 pesos, mañana será papel para envolver pescado...solamente.

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