Cartas del Desierto
Guillermo Pareja Herrera
Un poquito de arena
Cuentan que el infatigable viajero invidente que fue Jorge Luis Borges llegó con María Kodama al desierto egipcio y ante el silencio y frente a las pirámides milenarias ,se inclinó tomo un poquito de arena en su manos, abrió la palma y dejó que el viento se llevara esos granitos .María Kodama le dijo coloquial y amorosa:
Usted me regaló un imperio de palabras,
modificó el desierto y
me reveló que la luna era mi espejo.
Me quedo con, Usted modificó el desierto. El más mínimo gesto y acto modifica al todo. Por eso cada paso, cada huella, cada palabra que sale de nuestros labios, cada encuentro y contacto nos cambia, y al cambiar el todo, la vida, el universo, son siempre nuevos y maravillosos. Esos gestos despiertan gratitud.
- Inspirado en J.L.Borges. Epílogo de Atlas. .Texto en la exposición fotográfica de María Kodama. Recoleta, Buenos Aires Octubre 3,2006.
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