miércoles, 18 de octubre de 2006

Cartas del Desierto

Guillermo Pareja Herrera

Un poquito de arena

Cuentan que el infatigable viajero invidente que fue Jorge Luis Borges llegó con María Kodama al desierto egipcio y ante el silencio y frente a las pirámides milenarias ,se inclinó tomo un poquito de arena en su manos, abrió la palma y dejó que el viento se llevara esos granitos .María Kodama le dijo coloquial y amorosa:

Usted me regaló un imperio de palabras,
modificó el desierto y
me reveló que la luna era mi espejo.

Me quedo con, Usted modificó el desierto. El más mínimo gesto y acto modifica al todo. Por eso cada paso, cada huella, cada palabra que sale de nuestros labios, cada encuentro y contacto nos cambia, y al cambiar el todo, la vida, el universo, son siempre nuevos y maravillosos. Esos gestos despiertan gratitud.

- Inspirado en J.L.Borges. Epílogo de Atlas. .Texto en la exposición fotográfica de María Kodama. Recoleta, Buenos Aires Octubre 3,2006.