sábado, 15 de septiembre de 2007

Luciano o despertar al espíritu


Cuando la ex república de Yugoslavia se desintegraba y las pequeñas repúblicas balcánicas entraron en sangrientísimas luchas, Luciano Pavarotti se alistó para aliviar ese horror que se vivió en Bosnia y ofreció conciertos con su maravillosa voz. Un día de 1988, abordado por un reportero de la BBC de Londres dijo:

No soy un político, soy un músico. Me importa mucho darle a la gente un lugar donde ellos puedan disfrutar de sí mismos y vuelvan a vivir una vida humana. Al ser humano hay que despertarle su espíritu y cuando usted despierta ese espíritu, usted ha hecho todo.

El lado humanitario de Pavarotti –con su humor y espíritu de niño grande, llenó los espacios del mundo y los corazones de los seres humanos apoyándose en la tecnología del satélite, la televisión los discos, las películas para que la música, en general, y la ópera, en particular, se acercaran más a este mundo tan necesitado de solaz y respiro, en medio de tanta desolación, o ausencia de sol. Pavarotti es la viva encarnación de de la más célebre canción italiana, Oh sole mio.

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